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miércoles, 18 de septiembre de 2019

RELATOS DE DETECTIVES ESCRITOS POR ALUMNOS DE 6º DE PRIMARIA

Si queréis un poco de emoción e intriga, aquí van quince relatos detectivescos escritos por los alumnos de 6º de Primaria este año. A disfrutarlos, porque merecen la pena. Y si os quedáis con hambre, muy pronto tendréis más. Ah, y cuando leáis las historias no les contéis el final a los demás, ¿eh?, que le quitáis la emoción .

EL CASO DE LOS GEMELOS

El detective Peter llegó al bar donde se encontraba el cadáver de Marcos. Interrogó a dos personas. La señora Sara era una de ellas; explicó que no estaba en el lugar del crimen en el momento en que ocurrió, pero que sí estaba en la cocina y dijo que en la mesa había una botella. La señora se marchó sin decir nada más.
El detective, cuando se adentró en la cocina, comprobó que, como Sara había dicho, había una botella en la mesa, pero no era una botella cualquiera, sino un recipiente con veneno.
Otra persona que fue interrogada fue el dueño del bar, ya que mucha gente sospechaba de él por la forma en que miraba a Marcos. Se llamaba Pedro, él mismo admitió que en ese momento estaba al lado de Marcos y, según él, no se llevaba muy bien con aquel chico. Aunque lo que sorprendentemente nadie advirtió fue que Marcos tenía un hermano gemelo. Se llamaba José. Se detestaban entre ellos y nunca quisieron estar juntos. Eso fue lo que explicó Pedro, el dueño del bar.
Desde ese momento, Pedro y José se convirtieron en sospechosos. Se llevaban muy bien y eran buenos amigos. Pedro ese mismo día había servido la misma bebida a los dos gemelos. Fueron invitados por Pedro, que quería envenenarlos el mismo día, a la misma hora y con la misma bebida, solo que en diferentes mesas.
La bebida llevaba la misma cantidad de líquido, la misma de hielo y la misma de veneno. Se la bebió rápidamente y se fue. A diferencia de Marcos, él se la bebió lentamente. Y al cabo de unos minutos se desmayó y murió.
¿Pero por qué José no falleció? Esa fue la pregunta que se hizo el detective.
Pasaron varios meses de investigación y, por fin, se dio con el caso: el hielo es el que contenía el veneno, ya que los hermanos bebían de formas diferentes; el hielo de Marcos se derritió y el veneno se quedó en la bebida. Al contrario, José se la bebió rápidamente y el hielo no tuvo tiempo de derretirse.
(Elisa Ghita, 6º B)

EL DETECTIVE VAN GREVSLERT

Cuando llegó, pudo comprobar que se había producido un asesinato, ya que lo vio un hombre con una raja en el pecho que encajaba perfectamente con un cuchillo que había sobre la mesa. Según un vecino, que pasó al lado de casa en el momento del crimen, vio que las luces se apagaban, escuchó gritos y luego todos los gritos pararon en seco. Entró en la casa y nada eléctrico estaba encendido, ni siquiera el wifi. Enseguida revisó el poste de la luz y vio que alguien lo había manipulado. Después de arreglarlo, entró en la casa y llamó al detective. Van Grevslert le dio las gracias por llamar y por declarar. Comprobó que solo había tres personas en la casa: el mayordomo, la sirvienta y el cocinero.

Estas fueron sus declaraciones:
Sirvienta: Estaba lavándome las manos en el momento del asesinato; tenía que servir la comida.
Mayordomo: Estaba viendo la tele cuando el asesinato sucedió, porque tenía media hora libre.
Cocinero: Estaba leyendo un libro y cuando se apagó la luz oí los gritos, pero yo solo esperé sentado en el sillón.

Después de revisar las declaraciones, el detective vio que el mayordomo era el culpable, ya que no podía estar viendo la tele, puesto que se había ido la luz. Al final, el mayordomo acabó confesando y cumplió con su condena. Otro caso más resuelto para el palmarés del detective Van Grevslert.
(Andrés Tello, 6º B)


EL LADRÓN DE PERSONALIDADES

Érase una vez el ladrón de personalidades. Era un ladrón que robaba a “personas”, por decirlo así. Al principio la gente no se preocupaba, hasta que un día robó la personalidad del rey. El rey se llamaba Andrés. La reina Samanda estaba muy preocupada y sus hijos Robercito, Raulito e Itziar también estaban muy preocupados.

Entonces llamaron a la detective Jara. Era conocida por sus grandes casos resueltos. Jara era la mejor del pueblo y podría resolverlo todo, pero este caso era diferente; se trataba de algo muy grave a una persona muy importante.

Mientras que el rey estaba desaparecido. La reina tenía que encargarse de todo y los gemelos Rubencito y Raulito eran demasiado pequeños como para quedarse sin padre, sin embargo la princesa Itziar ya era una adolescente que se estaba preparando para el mundo real. Su maestra era Nahia, su tía era hermana del rey Andrés. Nahia empezó a enseñar a Itiziar a luchar hasta que se hizo fuerte como su tía. Mientras la detective Jara encontraba al rey Andrés secuestrado por el ladrón. El ladrón se llamaba Lucas y secuestró al rey por envidia de su vida. Secuestraron al ladrón y lo encerraron en la mazmorra.
(Nahia López, 6º B)


            EL DETECTIVE Y EL ASESINO EN SERIE


Cuando el detective llegó a la mansión se encontró con el dueño, que le dijo que había un asesino. La mansión no tenía fin y en la sala principal había sangre por las paredes y cadáveres. Cuando entró en la cocina había un cuchillo en sangrentado. La sangre no estaba condensada, lo que significaba que había pasado hacía poco; sin embargo, se estaba muy tranquilo. Cuando salieron de la cocina se escucharon unos gritos en el dormitorio y subieron corriendo. Al entrar vieron una sombra escapando por la ventana. El cadáver estaba en un rincón y se les acababa el tiempo. Mientras tanto el dueño de la mansión estaba en el salón y tenía la camiseta un poco manchada de sangre, pero él decía que solo era kétchup. Aunque el detective no se lo creía. Estaban muy cerca y le hicieron unas preguntas. Entonces el dueño se fue al cuarto. En cuanto subieron y confirmaron que el dueño era el asesino. él se tiró por la ventana, cayó desde muy alto, se rompió el tobillo y llamaron a la Policía.

(Sergio Cañero, 6º B)




EL DETECTIVE MISTERIOSO

Una familia sospechaba mucho de su hijo, porque por las mañanas estaba siempre muy cansado. Entonces contrataron a un detective para que lo vigilara. El detective estuvo varios días espiando al niño y descubrió que se escapaba por la noche cuando los demás estaban acostados. Una noche, el detective lo siguió y el niño se metió en una discoteca, de la que nunca salió.
Nunca volvimos a saber nada de él.
(Julia Martínez, 6º A)


EL HIJO DIFÍCIL


El detective Miguel estaba investigando a un adolescente que se iba de casa siempre que podía y volvía súper tarde. Los padres, preocupados por su hijo, contrataron a un detective. Y así, la siguiente vez que el hijo se preparó para salir, cuando el padre le preguntó “¿Adónde vas?” no contestó y se fue. Entonces el padre llamó al detective, que lo fue siguiendo a unos cien metros. Vio que entraba en una discoteca, pero el detective no tenía entrada, así que volvió a la casa del padre y le dijo al padre si quería que siguiera a su hijo tenía que pagarle doscientos euros para la entrada. El padre aceptó. Cuando llegó, el hijo y no estaba allí, se había marchado a otro sitio. Se salió con la suya porque se había dado cuenta de que le seguía un detective.

(Juanjo Delgado, 6º A)



EL DETECTIVE INVISIBLE Y EL LADRÓN DE ORO

El detective estaba viendo la tele cuando, de repente, vio por la televisión a un ladrón que había robado oro, y se dijo: “Este es mi caso”. Así que se fue.
Mientras tanto, el ladrón estaba contando todo el oro en su cuartel cuando escuchó un ruido y preguntó:
—¿Quién está ahí?
—He sido yo —dijo el detective mientras el ladrón era perseguido por el detective, pero consiguió escapar. Sin embargo, algo lo delató; fue que había dejado un rastro de oro. Así que el detective siguió el rastro de oro hasta una cabaña en el bosque.
—Ladrón del oro, sal de dónde estés con las manos en alto —dijo el detective. Pero como no salía, el detective entró y atrapó al ladrón, que estaba escondido debajo de la mesa.
(Íker García, 6º B)

EL DETECTIVE SECRETO

Hola, soy Sonia. Soy una niña en plena adolescencia. Tengo tres hermanos: una chica y dos chicos. La chica tiene catorce años, se llama Carla. Mi hermano mayor se llama Jorg, aunque no vive con nosotros porque tiene veinticinco años. Viene a visitarnos a menudo. Mi hermano pequeño tiene nueve y se llama Adrián. Yo tengo doce recién cumplidos.
Como cualquier día normal, salimos todos a las dos y media y nos vamos los tres juntos. A mis padres les encanta ver las noticias, pero hubo una que nos dejó a todos desolados. Había ocurrido el asesinato en frente de nuestras casa; creo que ya todos os imagináis la cara de mis padres. Pasaron treinta y siuete segundos y la primera palabra de mi madre fue..."No vais a salir de aquí más solos de casa"
-¡Qué! -grité. No me podía creer que no iba a poder salir sola de mi casa.
Pasaron los días y todos estábamos muy asustados. Después de dos o tres días másw o menos, vinieron muchos policías a nuestra casa a interrogarnos a mis padres y a mis hermanos. Nos hicieron muchas preguntas. YHo no sabía nada, pero era a la que más preguntaban porque resultó ser una niña de mi colegio; mejor dicho, de mi clase. Yo apenas la conocía, era una niña muy tímida y no tenía muchos amigos. Un día le dije que si quería jugar con mis amigos y amigas, pero ella dijo que no. Yo no quise insistir para no incomodarla y me fui. Eso era todo lo que sabía y el policía dijo que vendría otro día.
Toda la noche me quedé muy pensativa.
A los pocos días vino un señor muy alto, de cuarenta y siete años más o menos. Le pregunté a mis padres que quién era. Ellos me dijeron que era un detective secreto. Y a mí me encantan los detectives secretos. Lo vi por la ventana y me quedé una hora observándolo. Pasaron alrededor de tres semanas y no sabían nada. Entonces, un día tocó a mi puerta el detective, me pidió que le ayudara (era la única que sabía algo de ella) y, sin pensármelo dos veces, le dije:
-Sí, sí, cuente conmigo.
Entramos a mi casa y le dije que la única manera de saber algo era por las redes sociales. Últimamente, mis compañeros siempre se metían a las redes sociales. Pensé que creando un perfil falso podríamos acceder a más información sobre la niña. Se lo comenté al detective y me dijo que era súper buena idea. Le dije que al día siguiente preguntaría a mis compañeros sobre el nombre de sus perfiles. Me dijo que bien, pero que ya se tenía que ir.
Al día siguiente les pregunté cómo se llamaban y todos me lo dijeron. Por fin, ya había llegado a casa; llamé corriendo al detective para que viniera a mi casa. Nos pusimos a investigar y en los perfiles de mis compañeros encontramos vídeos donde le hacían bullying a la salida. Salió corriendo y yo detrás de él. Fuimos a casa de la niña. Los padres nos dieron permiso para entrar a la habitación. Encontramos una carta donde escribía: "No aguanto más. Me voy a suicidar". Todos nos quedamos muy tristes. Pasaron cuatro semanas y el detective y los padres de la niña me agradecieron la ayuda. Yo les dije que "de nada" y que "la vida sigue".
Esa es mi historia. Han pasado ya dos años y todavía sigo muy triste y confusa.
(Noelia Sánchez, 6º A)



TERESA Y MATHEW

Teresa sintió algo raro en el cuello. De repente, alguien le empezó a hablar:
-Hola, buenos días -dijo Mathew.
-Hola, me has asustado -dijo ella.
-Eres un detective, ¿no?
-Sí, uno privado. Solo trabajo con casos mágicos: asesinatos por brujas, vampiros como usted y demonios. Usted es una bruja, ¿no?
-Sí, ¿Sabes quién es sospechoso?
-No, seguimos buscando, pero ya estoy cerca.
-Te puedo ayudar, tengo súper olfato.
-No, gracias.
-Ni siquiera sabes quién murió. Déjame ayudarte.
En ese momento empezaron a trabajar en equipo y empezaron a gustarse entre sí. Después de una semana se dieron su primer beso.
A la mañana siguiente consiguieron al sospechoso y lo arrestaron.
-Lo hemos logrado -dijo Mathew.
-Sí, supongo -respondió Teresa.
Entonces llamaron a Mathew para trabajar.
(Jimena S. García, 6º A)
 


LA DETECTIVE NOELIA


Esta es una misión para la detective Noelia y sus compañeras Catalina, la ayudante, y Alba.
Catalina: Noelia, aquí es el suceso.
Noelia: Vale, y no me llames Noelia, llámame Amandototota.
Catalina: Vale, Noelia.
Noelia: ¡Que me llames Amandototota!
Marcos: Está aquí el muerto.
Noelia: Vamos con él.
Sin querer se meten en una jaula y Marcos las ayuda  salir.
Noelia: Gracias.
Marcos: Vámonos.
Catalina: Amandototota.
Noelia: ¡Qué!

Catalina: Nada.

Alba: ¿Y el sospechoso dónde está?

Noelia: No lo sé

Marcos: Seguidme.
Después de un rato.
Noelia: El sospechoso se llama Pepito.
Marcos va a por él.
Noelia: Muy bien. Lo tenemos.
Pero lo destapan y no es él.
Noelia: ¡Nooooo!
Catalina: Pepito está allí.
Alba: ¿Cómo lo sabes?
Noelia: Porque tiene cara de Pepito.
Se ríen. Catalina va a por él gracias a la detective Noelia, que ha mirado sus huellas. Entre los dos lo atan.
Noelia: Muy bien, chicos, lo hemos pillado.
Todos: ¡Siiiiií!
Entre todos se dan un abrazo y acaban con el caso.
(Yaiza Sánchez, 6º A)



EL DETECTIVE MISTERIOSO

Una familia sospechaba mucho de su hijo, porque por las mañanas estaba siempre muy cansado. Entonces contrataron a un detective para que lo vigilara. El detective estuvo varios días espiando al niño y descubrió que se escapaba por la noche cuando los demás estaban acostados. Una noche, el detective lo siguió y el niño se metió en una discoteca, de la que nunca salió.
Nunca volvimos a saber nada de él.
(Julia Martínez, 6º A)


EL MJÖLNR DESAPARECIDO


Había una vez en Noruega un descendiente de Thor, Fiosgar. Él era el más fuerte, poderoso y temeroso de Asgard. Fiosgar se encontraba muy mal; estaba muy nervioso y estresado, así que fue a ver a su padre, el grandioso dios Thor. Le dijo que para ser digno del Mjölnr tenía que ser puro de corazón. Por la noche un gigante se lo robó (el Mjölnr) y por la mañana acudió Fiosgar a ver a su abuelo Odín y dijo:
—Si quieres ser digno, detective has de ser.
Fiosgar cogió sus cosas y se marchó a la aventura con su tío, el dios del engaño Loki, porque se lo pasaba muy bien con él. Más tarde escucharon un rayo y fueron hacia allí. Los detectives encontraron al gigante viendo vídeos de Elrubius (porque Elrubius es noruego). El gigante los vio y salió corriendo, pero como ya era tarde se fueron a su casa a dormir.
A la mañana siguiente se fueron a cazar y encontraron al gigante yendo a su dimensión en un portal. Le siguieron hasta su casa y…¡madre mía, lo que vieron! ¡El gigante se iba a casar! Entonces Fiosgar le dijo a Loki:
—Transfórmate en novia.
Y encerraron a la novia de verdad en un armario. Más tarde, cuando el cura le dijo al gigante que si se quería casar, él respondió:
—Sí, quiero.
Loki, en modo novia, iba a decir que sí, pero cuando iba a hacerlo, Fiosgar interrumpió la boda, le robó el Mjölnr al gigante y lo mató.

(Óscar Cano, 6º B)


EL DETECTIVE JAMES


Alguien ha robado al perro del alcalde. Por supuesto, el alcalde dio la alerta roja para que todos lo buscaran y el detective James se ofreció el primero para buscarlo. El perro había desaparecido por la noche, así que esperó a que anocheciera para salir en su busca. Había huellas de perro que llevaban hasta el parque y ahí se acababan. James dedujo que lo habían secuestrado, pero luego se dio cuenta de que ¿quién iba a querer secuestrar a un perro? Así que prefirió buscar por los callejones y lo encontró con… ¡una perrita, otra perrita y otra! Así que no había desaparecido, solo estaba ocultando a sus perritos.

(Irene Catalina, 6º A)
 

EL DETECTIVE DINOLEO


Un día el detective Dinoleo entró en la clase de 4º A, pero… ¡todos estaban dormidos! Entró en otras clases y ocurría lo mismo. Fue también al edificio de los profesores, pero los niños, los profes, los alumnos de la clase de Música y del gimnasio estaban dormidos. Entonces el detective dijo:
—Esto solo puede hacerlo… ¡la bruja Esponja!
Dinoleo se dio cuenta de que no había mirado en el baño de los profes y…sí, allí estaba la bruja haciendo su poción en el váter. Dinoleo cogió a la bruja de las manos y tiró de la cadena. La poción se fue por el váter, la bruja ingresó en la cárcel y todos se despertaron.

(Nerea Miguélez, 6º A)
 
 
EL DETECTIVE VLAD

El detective Vlad iba a investigar un caso. Juanjo le llamó para resolverlo juntos.
—Juanjo, el caso es de un dónut dorado que desapareció el viernes pasado.
Fueron a investigar y encontraron huellas en la vitrina donde se había guardado el dónut ¡¡¡dorado!!! Al final, siguieron las huellas y encontraron al ladrón Juan.
(Marcos, 6º A)


 
EL CASO HARRISON Y CORWELL 

Durante el huracán María se produjeron unos asesinatos. Pasó el huracán y llamamos al detective Jones, pero a él le interesó especialmente un caso: “El caso Harrison”, porque había muerto de un tiro en la nuca y no había huellas, ¿qué podía haber pasado? El detective fue a investigar. Encontramos que el señor Harrison había muerto porque había balas en el patio. Al parecer, el huracán había movido una bala y le había dado en la nuca. El primer caso ya estaba.
El segundo:
—Vale, la señora murió aplastada y con quemaduras.
Fuimos a ver el escenario del crimen. El detective averiguó que su vecino le había tirado una cerilla, se había caído y un árbol y lo aplastó. Entonces fue a detener al vecino, pero se suicidó.
—He matado dos pájaros de un tiro —dijo.
Había muerto otra persona, pero eso será en la siguiente redacción.
(Cristian García, 6º B)

UN CASO PARA JAMES BOND


El detective James Bond recibió una llamada por un asesinato en una mansión de Londres. Él estaba en casa con su pipa, subió al coche y se puso a recorrer 425 kilómetros hasta el punto del asesinato. Cuando llegó, estaba la Policía Local y dos personas. De una de ellas decían que era inocente y de la otra que era culpable. El culpable decía que tenía una cinta de casette que decía “Me harté de esta vida” y, segundos después, sonaba un disparo  y se cortaba la grabación. El detective supo que no era un suicidio porque entonces, ¿quién había cortado la grabación?, y dijo que el asesino era el inocente, porque él era hombre muy fuerte. El detective lo registró y encontró una pistola llena de sangre. El que decía que era culpable en realidad era inocente porque no era un hombre muy fuerte, era pequeño y le registraron y le encontraron un maletín lleno de dinero, porque había sido sobornado para que no dijera nada. Aun así, tuvo que cumplir seis años de cárcel.

(Vlad Negraru, 6º A)