Los libros
son herramientas fundamentales para el desarrollo y la educación de los niños.
El hecho de que los niños adquieran el hábito de la lectura es de gran
importancia ya que los libros educan, enseñan, despiertan sentimientos,
sensaciones y reacciones, estimulan su imaginación y creatividad...
Debemos
considerar el importante papel de los padres para promover hábitos lectores en
los niños. Pero, ¿cómo potenciar desde
la familia el hábito lector? :
En primer
lugar, será fundamental considerar que el desarrollo del hábito lector
debe comenzar en edades muy tempranas. Desde el nacimiento podréis estimularles
con canciones de cuna y nanas, jugando con su cuerpo mientras recitáis poesías
que les hagan reír.
También en los
primeros meses de vida es importante que los niños tengan contacto físico con
los cuentos, que en un primer momento servirá para que los manipulen, pasen las
hojas, presten atención a las imágenes, convirtiéndose en elementos cotidianos
y de diversión para ellos. Existe una gran variedad de cuentos para estos
momentos, como cuentos de plástico para jugar en el baño, cuentos de diversos
materiales para estimular los sentidos, cuentos con sonidos, etc. En la
elección de los mismos habrá que considerar que sean de materiales adecuados para
su edad, resistentes, fácilmente manipulables y con imágenes que les resulten
familiares y les inviten a hablar( animales, juguetes, objetos
cotidianos…).
Cuando sean un
poquito más mayores (entre dos y cuatro años), lo ideal es leerles en voz alta
cuentos variados que les resulten atractivos, adecuados a su edad, con
desplegables, personajes que les gusten, cuantos tradicionales...Entonad
diferentes voces de personajes, inventad nuevas historias y dejad que después
lo cuenten ellos, pidiéndoles que os cuenten lo que pasó con algún personaje, o
incluso que adivinen lo que pasará al final. Aprovechad para hacer comentarios
sobre las situaciones buenas y malas, y haced comparaciones de un fragmento de
la historia con sus experiencias. En definitiva, compartiendo con
ellos el placer de leer un cuento, lejos de las distracciones de la televisión,
y eligiendo momentos de tranquilidad, de tal forma que esto se convertirá en
una rutina agradable para ellos.
Cabe destacar
la importancia además, de que los niños se encuentren en un ambiente familiar
donde la lectura sea algo cotidiano , que vean a sus padres y hermanos leer,
entendiéndolo como un medio de entretenimiento y diversión. Para ello,
deberíamos facilitarles el acceso a los libros, a sus propios cuentos,
colocándolos a su alcance, en estanterías en su habitación o en el salón, a las
que puedan acceder , siempre transmitiéndoles la importancia de mantener los
libros cuidados y ordenados.
Tiempo después,
cuando los niños estén aprendiendo a leer, prestarán atención al texto de los
cuentos, intentando leerlo. En primer lugar imitarán al adulto leyendo en voz
alta, inventarán historias, leerán palabras y frases… en estos momentos debéis
aprovechar para ayudarles a que reconozcan y busquen letras determinadas, como
las de su nombre , y no solamente en sus cuentos, si no también en carteles,
anuncios, letreros… haciéndoles partícipes de la lectura en distintos
ámbitos, mas allá de los cuentos ( escribir la lista de la compra, recetas,
cartas e incluso utilizando el ordenador y programas multimedia…).
Además de estas
premisas, no debemos olvidar otras de igual importancia como:
- Llevar a los
niños a las bibliotecas a edades muy tempranas, donde hay gran variedad de
libros que ellos mismos pueden elegir. Esta es una forma económica de manejar
multitud de libros variados, comics y revistas para diversas edades.
- Utilizar los
libros como recompensa, premios o regalos que ayudará a que no tomen la lectura
como una obligación.
- Elogiar al
niño por los libros que lee y reforzarle que sea consciente de los progresos
que ha hecho y de todo lo que está aprendiendo.
En conclusión,
en el fomento de la lectura la familia tiene un papel crucial, donde la
motivación y constancia del adulto será esencial, haciendo que ésta sea
también un vínculo de unión entre padres e hijos.